martes, 4 de enero de 2011

Gracias por no fumar

¡Qué gran propósito de año nuevo! Ahora bien, quién no se ha levantado el 1 de enero y ha dicho: "puff!, ¡vaya resaca!, el año que viene no salgo en Nochevieja y mucho menos mezclo vino, champán y copas; pero... ¿cuántos lo cumplimos? La teoría está muy bien, pero, ¿quién lo lleva a la práctica?

Muchos piensan que gracias a la nueva ley antitabaco dirán por fin adiós al cigarrillo; en unos meses decirme cuántos lo han/habéis conseguido.

El tabaquismo es la causa por la que mueren aproximadamente 5 millones de personas al año en el mundo. El tabaco mata a 5 personas por segundo y a 15 por día en Uruguay. En el paisito, 5º país del mundo en aplicar la ley, a día de hoy, sigue fumando casi 1/3 de la población y más del 20% son fumadores diarios, y eso que llevan casi 5 años con la ley, ¿esto es un logro?

Hace poco leí en un periódico griego que el tabaco también aumenta el riesgo de enfermedades de la visión. No hay duda, ¡fumar sólo comporta ventajas!

lunes, 3 de enero de 2011

¿Por qué escribo?



Este es el título del último reportaje en portada de El País Semanal. En él, 50 escritores contestan a esta pregunta tan vital en sus vidas.  La mejor respuesta, la del mejor escritor, Eduardo Mendoza: "Sinceramente, no lo sé. Nunca me lo he preguntado, ni al principio, que fue espontáneo, ni a lo largo de todos estos años. Hacerlo a estas alturas no creo que tenga interés, ni para mí ni para nadie. No es una respuesta bonita, pero es la que más se aproxima a la verdad".

En cierta medida estoy bastante de acuerdo con esta reflexión de este AS de las letras; yo comencé a escribir desde muy pequeñita y al intentar responder la pregunta tampoco encontré respuesta. Llamémosle vocación, necesidad... el hecho es que "escribir es el centro de lo que hago, no concibo la vida sin la escritura" (Mario Vargas Llosa).

Una de las respuestas más graciosas, la de Juan José Millás: "Escribo por las mismas razones que leo, porque no me encuentro bien". Y es que lectura y escritura van de la mano, son como la cerveza y la espuma; y si no, que se lo pregunten a Andrea Camilleri que escribe para devolver algo de todo lo que ha leído.




Arte Poética



Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío,
como un amo implacable
me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor,
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del alma,
cuando la enfermedad hunde las manos.



A este oficio me obligan los dolores ajenos,
las lágrimas, los pañuelos saludadores,
las promesas en medio del otoño o del fuego,
los besos del encuentro, los besos del adiós,
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.


Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,
rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte.

Juan Gelman